“SIMPLEMENTE QUIERO RESOLVER AL PREGUNTA: ¿QUÉ LE PASA AL CUERPO DURANTE EL SEXO”: W. MASTERS
Del griego ὀργασμός, la palabra orgasmo viene a nuestras cabezas de diferentes maneras. La RAE define al orgasmo como ‘la culminación del placer sexual’.
Qué nos decía Freud:
La respuesta de Freud al respecto fue sencilla: en sus "Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad” (1905), el padre del psicoanálisis afirmaba la existencia de dos tipos de orgasmos; el clitoriano –un orgasmo inmaduro y propio de una mujer– y el vaginal, propio de una mujer desarrollada y madura:
Master and Johnson:
Virginia y era una mujer adelantada a su tiempo o, quizás, acorde a él pero con una libertad de ser, saber, comprender y sentir poco conocida en la década de los cincuenta del siglo pasado. Él se llamaba William y era un investigador serio que logró romper las barreras del qué dirán para embarcarse, junto con ella, en una exploración inaudita de las profundidades del ser humano. Juntos, son Masters y Johnson, pioneros en el estudio de la conducta sexual humana, un hito en la historia de la sexualidad, los ahora llamados “maestros del sexo”.
En conjunto estudiaron la respuesta sexual humana —su gran aportación científica— y fue hace ya medio siglo, en 1966, cuando publicaron los resultados de su investigación, explicando el conjunto de cambios físicos y hormonales que experimentan las personas ante el estímulo sexual, los cuales englobaron en un ciclo de cuatro fases, con sus propias características según el sexo: excitación, meseta, orgasmo y resolución.
Además de la respuesta sexual humana, William y Virginia estudiaron muchos temas más: la masturbación, la homosexualidad, la capacidad multiorgásmica femenina, la incompatibilidad sexual humana. También desarrollaron técnicas terapéuticas de comunicación sexual (que ahora se integran, en ciertos casos, en la terapia sexual de pareja), le dieron una base científica y respaldaron la idea de que el placer es un derecho y una posibilidad tanto para hombres como para mujeres e impulsaron los anticonceptivos, pues les tocó vivir la era de la píldora.
Algunas de sus contribuciones más valiosas son, por ejemplo, haber estudiado de manera exhaustiva la sexualidad de la mujer por primera vez, mencionando el hecho de que la mujer podía alcanzar el orgasmo sin necesidad de la estimulación sexual del hombre, y estaban en desacuerdo con la idea de que la sexualidad de la mujer era un reflejo de la sexualidad del hombre.
También identificaron en las mujeres la capacidad de ser multiorgásmicas (a diferencia de los hombres), así como el hecho de que las mujeres tengan problemas a la hora de alcanzar el orgasmo durante el acto sexual. En promedio, encontraron que el 50% y 60% de las mujeres estudiadas no lograban llegar al orgasmo. Ellos relacionaban esto con ansiedad, falta de comunicación en la pareja, baja autoestima y desconfianza
También desmintieron el mito del pene pequeño, sugiriendo incluso que un pene pequeño permite una penetración más fácil, lo que acelera el ciclo de la respuesta sexual.
Sus libros ‘Human Sexual Response’ y ‘Human Sexual Inadequacy’ se convirtieron en ‘best sellers’ causando la atención de los medios y del público en general. En la década del sesenta, el equipo instauró la Fundación de investigación de la reproducción.
Para cerrar, algunos números interesantes que descubrimos a través de esta línea del tiempo que hizo Showtime en honor a su serie ‘Masters of Sex’ son:
50% de las mujeres dijo haber fingido un orgasmo, al menos una vez.
2 veces a la semana es el promedio que las parejas en Estados Unidos tienen relaciones sexuales.
14,9 cm es el tamaño promedio de un pene erecto.
15 minutos es el promedio de tiempo del ‘juego previo’.
10 minutos es el promedio del coito.
WILLIAM MASTERS
“Todos usamos en mayor o menor grado la fantasía. Es una forma de autoestimularnos. Nos ayuda a pasar de donde estamos a donde queremos estar, cuando la ocasión lo permite. La fantasía es un puente, y puede ser muy útil.”
VIRGINIA JOHNSON
“Ser solicitado, ser deseado —e inversamente, desear y solicitar—, son cosas de importancia básica en un matrimonio. Es eso lo que se debe salvaguardar. Cada uno de ustedes debe sentirse libre para acercarse al otro y expresar su deseo físico, y expresarlo incluso con urgencia, si eso es lo que sienten.”
El punto G
El famoso punto G fue, por mucho tiempo, el principal objetivo.
Descrito en 1950 como una zona erógena en la pared frontal de la vagina, estudios posteriores revelaron un complejo formado por vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas y restos de la próstata femenina en la misma zona, y sugirieron que en una minoría de mujeres, su estimulación puede dar lugar a orgasmos y a la liberación de una pequeña cantidad de fluido de la uretra que no es orina. Lea: No hay evidencia de que el punto G existe. Muchas parejas invirtieron tiempo y esfuerzo -por lo general sin obtener resultados- para hallarlo.
La evidencia para demostrar o refutar su existencia es precaria y, con frecuencia, exagerada.
No obstante, parece haber diferencias físicas entre aquellas mujeres que dicen tener orgasmos vaginales y las que no.
Escáneres de ultrasonido revelaron un área más gruesa de tejido en el espacio entre la vagina y la uretra en las mujeres que lo experimentaban.
Estructura compleja
Pero si no es una especie de botón, como la palabra punto parece indicar, ¿qué es entonces?
Para un número creciente de investigadores la respuesta es simple: el clítoris.
Aunque para la mayoría éste es un pompón con forma de arveja bajo la superficie de la piel, imágenes de resonancia magnética recientes revelaron una estructura grande y protuberante de cerca de 9 centímetros de largo, posicionada alrededor de la parte externa de la vagina y hacia arriba dentro de la pelvis al lado de la uretra.
Esta complejidad puede explicar por qué ha sido tan difícil probar o negar la existencia del punto G: no es fácil estimular de forma aislada la pared frontal de la vagina.
Es muy probable que al hacerlo se esté frotando también la parte interna del clítoris y la uretra.
«La mayoría de las mujeres de todo el mundo no tienen orgasmos durante el coito: de hecho, la disfunción sexual femenina es popular porque se basa en algo que no existe, el orgasmo vaginal».
En consulta temas de falta de deseo sexual, anorgasmia son frecuentes, algunas recomendaciones:
El año pasado, Erotique Pink, la primera boutique erótica online para mujeres, y la SASH realizaron un informe que reveló que el 20% de las mujeres argentinas es anorgásmica, es decir, que no alcanzan el orgasmo o rara vez lo hacen. A nivel mundial no alcanzar el orgasmo es algo frecuente y afecta alrededor del 30% de mujeres. Puntualmente en Estados Unidos, Europa, América Central y del Sur, el número de mujeres varía entre 16% y 28% y en Asia los números alcanzan el 40%.
"La clave del orgasmo está en la pérdida de control, en eso radica todo el sentido. En un orgasmo se pierde, por unas milésimas de segundo, el control de la corporeidad, que es tan consciente en la excitación. Hay que permitirse perder el control; es probable que muchas mujeres no quieran, o no puedan pasar por la experiencia con total libertad y sin prejuicios. Lo placentero está ligado a si me dejo llevar por lo que siento o si estoy alerta a ver qué me pasa, pensando cómo me veo, cómo luzco en ese momento, qué imagen estoy dando, qué siento a nivel físico o si al otro le gustará o no".
En el comienzo de las relaciones las mujeres pueden tener "ganas" (como sucede con los hombres) pero a medida que avanza el compromiso vincular será fundamental la intimidad y la calidad del encuentro erótico para que el deseo se encienda. El modelo de Basson ayuda a dar respuesta a la clásica pregunta si el deseo femenino necesita solo de la estimulación genital o es además importante el juego previo, el contacto de otras zonas erógenas y el poder de la fantasía.
"Es importante saber que una relación sexual no es sinónimo de coito vaginal o penetración vaginal. Días de festejo así hacen que muchas mujeres logren experimentar un orgasmo, reconocerlo o incluso pedirlo. Logra que las mujeres sepan que sentir es un derecho divertido", puntualizó Valente.
"Es importante recordar además que todas las mujeres tenemos la capacidad para tener un orgasmo, es cuestión de reconocimiento y aprendizaje", explica la especialista y destaca la importancia de la consulta a tiempo cuando una mujer siente que las cosas no van bien en lo sexual. "Se trata de confiar en un espacio dónde canalizar las dudas. Las consultas se trabajan con un equipo multidisciplinario de profesionales dedicadas especialmente a la sexualidad de la mujer", sintetizó.
*Varias fuentes tomadas para este articulo.
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