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La vida es Rosa. Sobre la felicidad y el momento presente.!


y si te invito a describirme la felicidad? a conectar con un momento extenso de felicidad concreta? Le darias un color?, un sabor?, una sensación?.... que te llega a la mente! lo amplificas!.


Que crees necesitas ahora para conectar con esas chispas de felicidad?

Para estar vivo en la vida?

Dame una palabra.! y guardala muy dentro de tu corazón.!


La esencia del pensamiento de Tolle es clara: debemos concentrarnos en el presente, en lo que estamos realizando en este momento. Eso hará que nuestros pensamientos no gobiernen nuestra vida y que todo fluya con suavidad.

La forma de realizarlo es tomando consciencia de nuestro cuerpo, de nuestras sensaciones y de todo lo que nos pueda «anclar» a la realidad que estamos viviendo AHORA. A partir de ahí podremos observar nuestros pensamientos «desde fuera», es decir, sin identificarnos con ellos.


Nos identificamos con el pasado y nos proyectamos en el futuro. Nuestra mente busca la realización en el momento próximo: dentro de una hora, un mes o cinco años. Vivimos tratando de llegar al momento siguiente, y eso se ha convertido en un patrón mental que nos hace vivir en un estado perpetuo de insatisfacción, porque no realizamos lo más importante que hay en la vida, que es el momento presente.


El primer paso es tomar conciencia de que hay una voz en mi mente que es en realidad un antiguo pensamiento que se repite. El segundo paso es hacerse más consciente de nuestra relación con el momento presente; es decir, preguntarse muchas veces al día cuál es mi relación con el momento presente: ¿trato ese momento como si fuera mi amigo o mi enemigo?

Entiendo. O estamos en una situación de oposición al momento presente (no me gusta donde estoy, esto no debería pasar, no me gusta lo que haces…), o simplemente lo utilizamos para llegar al momento próximo en el que me gustaría estar. Así la vida se pierde.

¿Qué hacemos? Siendo consciente, tengo el poder de elegir transformar el presente en un amigo. La vida y el momento presente son lo mismo, no aceptarlo es estar contra la vida.

¿Cómo? Cierre los ojos y pregúntese cómo puede saber si su mano todavía está ahí; entonces la atención va de la cabeza –donde normalmente reside– a la mano: sentirá una cierta vitalidad en ella. Esa energía, ese calor, puede sentirlo en el resto del cuerpo. Sentir el cuerpo puede ser un ancla para el momento presente. Basta un minuto, pero hay que hacerlo varias veces al día. ¿Sentir la vida más allá de los pensamientos? Exacto, cada vez que lo haces estás presente. Otro consejo es tomar consciencia de las percepciones sensoriales. Si quieres entrar en el momento presente, ancle parte de la percepción en el cuerpo y el resto en percibir lo que le rodea. La compulsión de nombrar lo que vemos y enjuiciar desaparece…

En el hacer nos perdemos. Porque el ruido mental nos controla. Otra práctica es hacer las cosas cotidianas con consciencia, cosas que hasta ahora eran un medio para llegar a un fin. Sienta el agua fría cuando se lava las manos.

No pensar, percibir. Así es, introducir poco a poco presencia en la vida, darle calidad. El momento presente no es lo que sucede sino tu consciencia. Debemos introducir esa dimensión en nuestra vida y durante un tiempo la vieja consciencia vendrá y nos perderemos en ella, pero volveremos a despertarnos.

¿Y las emociones? Son una reacción del cuerpo a los pensamientos. Si la mente me dice que una situación es mala o desagradable, el cuerpo lo acepta como realidad y tengo emociones negativas. Transformamos casi toda nuestra vida en algo problemático.

El sufrimiento se acumula… Los pensamientos crean emociones, emociones que a su vez refuerzan viejos dolores emocionales. Pero si estás presente, el cuerpo dolor, como yo lo llamo, no puede utilizar tus pensamientos. Sabes que sientes frustración o rabia, pero no te identificas con ello.

¿Cómo romper la distancia con los otros? Por medio de los pensamientos yo me interpreto a mí mismo, me nombro mi vida como buena o mala, defino mi existencias por medio de palabras. Yo me lo hago a mí mismo y lo hago con las otras personas, ésa es la separación que cada persona siente: la pantalla mental que surge cuando lo único que sientes son tus pensamientos.






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